El purificador silvestre de la Tierra: diente de león (taraxacum officinale) Una de las plantas medicinales con más propiedades para nuestro organismo
El diente de león común (Taraxacum officinale, en chino: pugongying) es una planta herbácea vivaz de la familia de las asteráceas. Posee hojas desde la base dispuestas en roseta, muy lobuladas y dentadas, y una raíz central larga y gruesa. Sus flores son amarillas visibles desde primavera hasta el verano en las ricas praderas para la apicultura. La planta segrega una savia lechosa en todas sus partes. También conocida como achicoria amarga, amargón o almirón, posee otros numerosos nombres populares.
Esta planta, diseminada prácticamente por todo el globo, es oriunda de Europa, Asia y América del Norte. En China el diente de león también crece salvaje por doquier. En jardines, prados y bordes de los caminos crece en suelos ricos nitrógeno. Las hojas del diente de león se cultivan en los huertos para las ensaladas. Sus rizomas carnosos sirven para producir inulina. El diente de león se aprovecha económicamente para la producción de productos farmacéuticos naturales y mezclas de tés. Además de su uso como medicamento, las hojas verdes nuevas se disfrutan en primavera sobre todo en ensaladas campestres. Sus múltiples semillas provistas de vilano las dispersa el viento fácilmente. A todos los niños les produce alegría y emoción soplar sus molinillos blancos. El diente de león aparece en la literatura, la música y el arte (como en «Tristán e Isolda» de Dalí).
En la medicina popular de la Antigua Grecia ya se apreciaba el diente de león por sus propiedades contra las molestias estomacales. También en las antiguas civilizaciones árabes del Oriente los médicos describieron los múltiples efectos beneficiosos de esta planta sobre la salud. En la Edad Media los sanadores utilizaban su jugo lechoso para tratar las enfermedades oculares. En general, la planta se considera «limpiadora de la sangre» con acción estimuladora del metabolismo en casos de insuficiencia hepática, cálculos biliares y niveles de colesterol elevados. No obstante, también se utiliza como tónico de sabor amargo y laxante suave para tratar la gota y las enfermedades de tipo reumático, los eczemas y otras patologías cutáneas, y como ingrediente que aumenta la producción de orina.
La importancia nutricional del diente de león desde el punto de vista médico reside en su alto contenido en principios amargos (taraxacina, eudesmanólidos), triterpenos, flavonoides, xantófilos, carotinoides, vitamina B2 y C así como potasio (contenido en las hojas: 483 mg %) La raíz es especialmente rica en inulina en el otoño (40%). Así el diente de león actúa como fármaco amargo de suave acción colerética, diurética y estimuladora del apetito; y como coadyuvante en las patologías hepáticas, las colecistopatías y los trastornos de la digestión, especialmente cuando existe una mala digestión de las grasas.
La fitoterapia occidental le atribuye efectos coleréticos y diuréticos, así como de estimulación del apetito. En la Monografía de la Comisión E se mencionan como campos aceptados de aplicación los trastornos del flujo biliar, la estimulación de la diuresis, la falta de apetito y los trastornos dispépticos. Se considera contraindicado en casos de cierre de las vías biliares, empiema vesicular y obstrucción intestinal. Para preparar la infusión se toman 1-2 cucharaditas (3-4 g) del producto finamente triturado o en polvo y se añaden 150-200 ml de agua hirviendo, se deja reposar la infusión 10-15 minutos y se filtra.
- Las florecillas amarillas tienen una gran función hepática, el amargo de las hojas contiene la fuerza limpiadora y purificadora de ésta hermosa planta, sus raíces son un gran prebiótico que nos ayuda a mantener viva la flora intestinal.
- Nos libera de las toxinas, es súper depuradora y nos equilibra.
- Es diurética y remineralizante.
- Alivia calambres, contracturas y problemas musculares.
- Nos ayuda a eliminar todo lo que mal acumulamos, tensión, nervios, estrés, rabia, impaciencia.
- Nos reconecta con todo nuestro SER y nos da vitalidad.
- Sanadora del sistema circulatorio, linfático, urinario y digestivo.
- En uso externo es excelente para tratar el acné, eccemas, sarpullidos y quemaduras.
Se puede utilizar en infusión, tinturas, hidroglicerinas, oleatos, vapores.
Embarazo y lactancia. Trastornos hemorrágicos. Alergia a la ambrosía. Insuficiencia renal. Puede disminuir la efectividad de algunos antibióticos, como por ejemplo ciprofloxacina y norfloxacina. Además, puede reducir la rapidez con la que el hígado descompone algunos fármacos.
IMPORTANTE: Esta información tiene por objeto complementar, no reemplazar el consejo de su médico o profesional de la salud y no pretende cubrir todos los posibles usos, precauciones, interacciones o efectos adversos. Es posible que esta información no se ajuste a sus circunstancias específicas de salud. Nunca demore o haga caso omiso de la búsqueda de consejo médico profesional de su médico u otro proveedor de atención médica calificado debido a algo que haya leído aquí. Siempre debe hablar con un profesional de la salud antes de comenzar, suspender o cambiar cualquier tipo de tratamiento.
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